Los métodos de aprendizaje y sus estrategias están
directamente relacionados con las bases teóricas de los modelos curriculares de
los cuales parten, y en gran medida suelen incluso caracterizar a dichos
modelos. Así, por ejemplo, en el modelo Montessori la forma en que un niño
aprende es bien propia, e incluso para una persona no experta, fácilmente
reconocible cuando entra a un centro infantil en que dicho modelo se aplica.
Esto demuestra la interrelación estrecha entre la concepción psicológica del
aprendizaje y su expresión pedagógica y metodológica.
En la presente unidad se pretende hacer una visión
panorámica de dichos modelos curriculares, por la relación que guardan con el
nuevo concepto de la educación infantil que se plantea ha de caracterizar la
atención y educación de los niños en el siglo que comienza y que constituye uno
de los grandes retos para la formación actual de las nuevas generaciones.
1. Sobre los modelos pedagógicos y la educación.
El problema fundamental de la educación es responder a
la interrogante de qué tipo de hombre y de sociedad se pretende formar.
Ello supone que en el devenir histórico de la humanidad
todas las teorías pedagógicas han pretendido dar respuesta a este planteamiento,
por lo que se puede afirmar que no existen pedagogías neutras, pues el quehacer
educativo presupone necesariamente una concepción del hombre y de la sociedad.
Toda concepción, a su vez, exige abordar y comprender al
ser humano en toda su multidimensionalidad e integridad, sin embargo no siempre
cada teoría lo ha abordado de esta manera, y muchas veces solo han tenido en
cuenta alguno o algunos de los aspectos de su formación, pero aún así, en la
forma de hacerlo, subyace una postura sobre el hombre como individuo y como ser
social y cultural.
A partir de estas dimensiones, psicológica, social y
antropológica, se suelen elaboran las teorías pedagógicas.
Es por eso que, sin una teoría psicológica que explique
el aprendizaje, la formación de intereses y la personalidad; sin una teoría que
aborde al individuo como ser social y que explique sus relaciones con la
sociedad; y sin una teoría antropológica que perciba al hombre como un ser
cultural, no es posible elaborar una teoría pedagógica.
De esta forma las teorías pedagógicas, de acuerdo con
las diferentes, y a veces disímiles concepciones del ser humano y del tipo de
hombre y de sociedad que se quiere formar, le asignan a la educación distintas
funciones.
En este sentido, para que una teoría se convierta en un
modelo pedagógico tiene que responder a las preguntas de por qué, para qué,
cómo y cuando, elaborar un modelo pedagógico que responda apropiadamente a
estas interrogantes.
Un modelo pedagógico, por tanto, debe tomar una posición
determinada ante el currículo y que incluye delimitar sus aspectos más
esenciales: los propósitos, los contenidos y sus secuencias, y brindar los
instrumentos o mediadores necesarios para que estos puedan ser llevados a la
práctica.
De ahí que los modelos pedagógicos aborden la reflexión
sobre los fines y propósitos, y los contenidos y las secuencias; en tanto que
la metodología, los métodos, recursos y la evaluación, que se derivan, en sus
aspectos fundamentales, de los primeros.
Evidentemente los modelos pedagógicos implican las
mismas interrogantes que se plantean a los currículos, solo que a un mayor
nivel de generalidad y abstracción, por lo que en los mismos se establecen los
lineamientos sobre cuya base se derivan posteriormente los propósitos y los
objetivos.
Así, el análisis en cuanto a la selección, generalidad,
jerarquización y continuidad de los temas, necesariamente tiene que establecer
las pautas para determinar los contenidos y sus secuencias.
Un aspecto importante que aborda todo modelo pedagógico
es la relación entre el educador, el saber y el educando para establecer sus
principales características y niveles de jerarquización, lo cual, de alguna
manera se trató en la unidad anterior. También debe delimitar la función de los
recursos didácticos que se requieren para llevar a cabo su implementación.
2. Los modelos pedagógicos en la primera infancia.
J. De Zubiría define tres grandes grupos de modelos
pedagógicos de acuerdo con su propósito fundamental:
- Los modelos tradicionales, que se proponen lograr el aprendizaje mediante la transmisión de información.
- Los modelos activos o de la escuela nueva, que ponen el énfasis del aprendizaje en la acción, la manipulación y el contacto directo con los objetos.
- Los modelos actuales que proponen el desarrollo del pensamiento y la creatividad como finalidad de la educación, transformando con ello los contenidos, la secuencia y los métodos pedagógicos vigentes.
Estos modelos pedagógicos tienen una larga tradición
histórica, desde el mismo momento que el hombre se planteó educar a los niños
de una manera consciente y organizada, por lo que pensar que lo que se hace en
la actualidad es algo nuevo y reciente, es un serio error de precisión, ya que
muchas de las ideas que en un momento se plantearon como novedosas y que
caracterización un determinado pensamiento de cómo educar a los niños en estos
primeros años provienen de ideas concebidas mucho tiempo antes, pero que
mantienen una vigencia contemporánea aunque asuman terminologías diferentes o
se inserten en modelos aparentemente nuevos.
La educación de la primera infancia tiene sus
antecedentes en la obra de algunos pensadores que reflejaron las primeras
preocupaciones respecto a que hacer con los niños en sus primeros años, ideas
ligadas fundamentalmente a los nombres de J. A. Comeniu, J. J. Rousseau y J.
Pestalozzi.
Los conceptos pedagógicos de estos pioneros en la
educación de los niños, difieren entre sí en aspectos como la educación libre o
la educación dirigida, la educación familiar o la educación social, los métodos
de educación y enseñanza en las primeras edades, pero, sin embargo, todos
subrayaron la enorme importancia que tiene la educación de los niños en las
edades tempranas y su vinculación con su posterior aprendizaje y desarrollo.
El primero de ellos, Juan Amos Comeniu (1592-1670),
resume en su obra los intentos de reforma pedagógica del siglo XVII, que con su
Didáctica Magna, escrita en 1637, contribuye a crear una ciencia y una teoría
de la educación, en la que expone sus ideas fundamentales: la de una naturaleza
creadora de formas, y la del paralelismo entre el trabajo humano y el de la
naturaleza.
Junto al nuevo contenido que fija a la educación,
Comeniu presenta un nuevo método, cuyas tres ideas fundamentales forman la base
de la nueva didáctica: naturalidad, intuición y autoactividad. La mejor marcha
didáctica toma en cuenta la naturaleza del niño, se orienta conforme las leyes
del espíritu, toma en cuenta la aparición y desarrollo de sus facultades, pues
el ser del hombre (naturaleza subjetiva) se encuentra en perfecta armonía con
el universo (naturaleza objetiva). El método natural trae consigo rapidez,
facilidad y consistencia en el aprendizaje.

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